CALENDARIO LITÚRGICO 2025 CICLO “A”.
SANTORAL:
MARTIROLOGIO Y EFEMÉRIDES LATINOAMERICANOS:
Miguel A. Soler, médico, mártir
en Paraguay (1975).
INVOCACIÓN INICIAL
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos Señor nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN
Espíritu Santo: Ven,
ilumina nuestras mentes, derrama tu sabiduría sobre cada una de nosotras y
nosotros, y enséñanos a comprender con profundidad los caminos del Evangelio. Danos
discernimiento para elegir siempre el bien, para escuchar tu voz en medio del
ruido, y para actuar con justicia, humildad y verdad. Haznos instrumentos de tu
amor, solidarios con nuestros hermanos y hermanas que sufren, y generosos con
los que tienen hambre de esperanza. Hoy nos comprometemos contigo, a vivir
guiados por tu luz, a servir con alegría, y a construir juntos el Reino de Dios
en cada gesto, palabra y acción. Espíritu Santo, haz de nosotros y nosotras una
comunidad ardiente en fe, unida en amor, y firmes en la misión que Jesús nos
confió. AMÉN
ACTO PENITENCIAL
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes
hermanos y hermanas, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y
omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa
María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos y
hermanas, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
El Señor Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. AMÉN.
LECTURAS DEL DIA
Isaías 2,1-5
El Señor reúne a todas las naciones en la paz eterna del
Reino de Dios
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de
Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en
la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los
gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: "Venid, subamos al monte del
Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y
marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la
palabra del Señor." Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos
numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará
la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de
Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor. PALABRA DE DIOS
Salmo responsorial: 121
R/ Vamos alegres a la casa del Señor.
Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del
Señor"! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/
Allá suben las tribus, las tribus del Señor según la
costumbre de Israel, a celebrar el nombre Señor; en ella están los tribunales
de justicia, en el palacio de David. R/
Desead la paz a Jerusalén: "Vivan seguros los que te
aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios." R/
Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: "La paz
contigo." Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. R/
Romanos 13,11-14
Nuestra salvación está cerca
Hermanos: Daos cuenta del momento en que vivís; ya es
hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca
que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima:
dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la
luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni
borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias.
Vestíos del Señor Jesucristo. PALABRA DE DIOS
Mateo 24,37-44
Estad en vela para estar preparados
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga
el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente
comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando
menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá
cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo
llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la
llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué
día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora
de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su
casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos
penséis viene el Hijo del hombre. PALABRA DEL SEÑOR
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO
Comenzamos el Adviento, tiempo de esperanza y preparación
al misterio de la Palabra encarnada en la Navidad. Iniciamos también el ciclo
litúrgico A, en el que leeremos, sobre todo, el Evangelio de san Mateo. Es el
evangelista que resalta la plenitud de la revelación del Antiguo Testamento en
Jesús. No es una espera ilusoria, sin fundamento. Esperamos al Salvador, que
nos libra y nos promete y nos da la plenitud de la felicidad.
El texto de hoy está comprendido en los capítulos 24 y 25
de Mateo. Constituyen el último discurso de Jesús, recogido por Mateo. Se suele
llamar discurso escatológico (esjatón = último). Habla de los últimos tiempos
de la historia. Este discurso escatológico tiene tres partes: (1) Cómo y cuándo
será la venida definitiva del Señor y del fin del mundo; (2) Tres parábolas
para indicar las actitudes de la espera ante el fin; y (3) Descripción plástica
del juicio final. Este discurso escatológico tiene como finalidad orientar a
los discípulos: vigilancia para estar preparados, en el momento actual. El
futuro ilumina el presente.
Ciertamente, la Palabra de Dios de este primer domingo
nos describe el adviento hablando de ese doble movimiento que se da en la
historia de la salvación. En el primer movimiento tiene Dios la iniciativa: es
el Dios que vino, que viene y que vendrá, con un continuo abalanzarse a
nuestras situaciones. El segundo movimiento se inscribe en el corazón del
hombre: la espera y la vigilancia. El Señor que llega, el hombre que le espera
con una actitud vigilante. Esto es el adviento.
El «no sabéis el día ni la hora» que escuchamos en el
Evangelio, …es un toque de atención para que cuando Él manifieste su gracia en
nuestros corazones podamos sencillamente reconocerlo. Así dice una antigua
oración: «Oh Dios que vendrás a manifestarte en el día del juicio, manifiéstate
primero en nuestros corazones mediante tu gracia».
Sin duda que necesitamos que acontezca la eterna novedad
del Señor en nuestra vida. Hay demasiadas pesadillas en nuestro mundo
planetario de las que despertar, demasiadas rutinas que cansan y agotan,
demasiadas necesidades en nuestro corazón y en el corazón social de que Alguien
que ya vino y que vendrá.
Vivamos atentos
Relativicemos y orientemos todas nuestras actividades a
la luz de lo que es verdaderamente importante. No nos dejemos ahogar por el
activismo, las preocupaciones, la tensión... Estemos despiertos, con la fe y
esperanza puestas en el Señor.
En cuanto al día aquel y a la hora, nadie sabe nada, ni
los ángeles del cielo ni el Hijo, sino sólo el Padre (versículo 36). Ejemplos:
la gente estaba descuidada: en tiempos de Noé y en cualquier tiempo, y también
el ladrón sorprende el amo de la casa.
Estemos atentos (versículo 42); vigilantes (versículo
43); preparados (versículo 44). Ya es hora que despertemos del sueño, pues
nuestra salvación está más cerca de nosotros que cuando empezamos a creer (Romanos
13, 11, en la segunda lectura de este domingo).
Vivir en esperanza
La advertencia de Jesús no es para meter miedo en el
corazón, ni para desilusionarnos. Jesús quiere que vivamos el presente con
cautela, con la luz que el futuro nos envía, aceptándole a Él en el presente
con todas las consecuencias. La esperanza en la venida final nos debe mantener
en pie, aun en medio de nuestras debilidades y las situaciones dolorosas de
injusticia de la sociedad, que nos hacen sufrir.
La esperanza es la virtud que nos hace enfrentar la vida
en el tiempo presente, porque nuestra espera está basada en la Palabra y en el
gesto de Jesús. Él es nuestra esperanza.
La esperanza cristiana nos hace mirar el presente con
ojos de fe. Es tiempo de salvación. En la medida en que trabajemos el tiempo
presente estaremos preparando el final de nuestra vida y de la historia.
El Señor viene constantemente, para que vivamos su misma
vida. No es cuestión de prepararse a bien morir. Es cuestión de vivir bien, de
acuerdo con el Evangelio de Jesús.
Nosotros, según la promesa del Señor, esperamos unos
cielos nuevos y una tierra nueva, en los que habita la justicia (2 Pedro 3,
13). Jesús vino, viene y vendrá. Como Resucitado y Salvador; como compañero de
viaje y como premio en la meta: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu
resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!”
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
·
¿Cómo
ando de esperanza y de optimismo? ¿Cómo me veo: como persona de optimismo o
pesimismo? ¿En qué fundamento mis esperanzas?
·
¿Qué
debe cambiar en mi vida para que la esperanza brille en mis actitudes y en mi
conducta?
·
¿Estoy
siempre dispuesta a dar razón de mi esperanza a todo el que me pida
explicaciones? Así nos recomienda la 1ª carta de Pedro 3, 15. Es la virtud
típica del Adviento.
PALABRA DEL PAPA FRANCISCO
“La vigilancia permanente se consigue con la práctica
constante de la oración y con el examen de conciencia. La fuerza nos la dan el
Espirita Santo, la Eucaristía, la lectura y meditación de la Palabra. El premio
consiste en tener paz en el alma, serenidad en nuestra mente y felicidad en el
corazón. Es esa virtud tan difícil de vivir: la esperanza, la más pequeña de
las virtudes, pero la más fuerte. Y nuestra esperanza tiene un rostro: el
rostro del Señor resucitado, que viene “con gran poder y gloria”, que
manifiesta su amor crucificado, transfigurado en la resurrección. El triunfo de
Jesús al final de los tiempos será el triunfo de la Cruz; la demostración de
que el sacrificio de uno mismo por amor al prójimo y a imitación de Cristo, es
el único poder victorioso y el único punto fijo en medio de la confusión y
tragedias del mundo.” (S.S. Francisco, Angelus15 de noviembre de 2015).
CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de los muertos y la vida eterna. AMÉN
OREMOS
AL SEÑOR JESÚS
En este primer domingo de Adviento, me comprometo a vivir
como persona de esperanza, pero no con una esperanza ingenua, sino firme,
activa y vigilante, fundamentada en tu
Palabra y en tu promesa de salvación. Como nos enseña el Evangelio según san
Mateo, quiero estar despierta, atenta, preparada, no por miedo, sino por amor. Que
mi esperanza no sea solo interior, sino que brille en mis actitudes, en mi
manera de hablar, de servir, de caminar junto a los y las demás. Haz que mi
conducta refleje tu luz: que sea paciente en la espera, alegre en la
dificultad, y generosa en la entrega. Que mi vida anuncie que Tú vienes, que Tú
estás cerca, y que en Ti todo tiene sentido. Hoy me comprometo a ser centinela
del Reino, a sembrar optimismo donde hay tristeza, a compartir fe donde hay
duda, y a vivir cada día como si fuera el día de tu llegada. Ven, Señor Jesús. Haz
de mí un testigo de tu esperanza. AMÉN
PROPOSITO DE HOY
A partir de hoy voy a trabajar con mucha alegría porque
trabajaré en la viña del Señor. AMÉN
ORACIÓN
POR LA PAZ, DESARROLLO Y DIGNIDAD GLOBAL DE LOS PUEBLOS
Señor Jesús, Dios de la Vida: Hoy elevamos nuestra voz
como comunidad creyente, comprometidos con la paz que nace del respeto, el
desarrollo que brota de la justicia, y la dignidad que refleja tu imagen en
cada ser humano. Haznos artesanos de reconciliación, y constructores de puentes
entre culturas, lenguas y naciones. Que no nos cansemos de tender la mano, de
escuchar el clamor de los pobres, y de defender la dignidad de quienes han sido
olvidadas. Danos sabiduría para transformar estructuras injustas, valentía para
denunciar la violencia y la exclusión, y ternura para acompañar los procesos de
sanación y esperanza. Que nuestro compromiso sea concreto: en el trabajo, en la
comunidad, en la educación, en cada gesto cotidiano que siembra fraternidad.
Señor, inspíranos a soñar con un mundo donde todos tengan pan, tierra y voz, donde
el desarrollo no excluya, y donde la paz sea fruto de la justicia. Nos
consagramos hoy a esta misión, como discípulos del Reino, como hermanos y
hermanas de toda la humanidad, como sembradores de dignidad. AMÉN
ORACION
FINAL
Padre Celestial, Padre de la Misericordia:
Que por mediación de tu hijo Jesucristo nuestro Señor, la
intercesión de nuestra santa madre Virgen María, Reina de la paz, y la acción
del Espíritu Santo, concediste a San Oscar Romero la gracia de ser un pastor
ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los más
pobres y necesitados.
Has Señor que yo también sepa vivir conforme al Evangelio
de tu Hijo, y concédeme por la intercesión de San Oscar Romero el favor que te
pido... AMÉN.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
Sagrada Familia de Nazaret. Ruega por nosotros.
Y nos cubrimos con la sangre de Cristo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.
Que la paz del Señor reine siempre en nuestro hogar. AMÉN.
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