CALENDARIO LITÚRGICO 2025 CICLO “A”.
SANTORAL:
San Juan de la Cruz, Doctor de la Iglesia (1591).
San Nimattullah Kassab Al-Hardini (1858).
INVOCACIÓN INICIAL
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos Señor nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN
Espíritu Santo: Ven,
ilumina nuestras mentes, derrama tu sabiduría sobre cada una de nosotras y
nosotros, y enséñanos a comprender con profundidad los caminos del Evangelio. Danos
discernimiento para elegir siempre el bien, para escuchar tu voz en medio del
ruido, y para actuar con justicia, humildad y verdad. Haznos instrumentos de tu
amor, solidarios con nuestros hermanos y hermanas que sufren, y generosos con
los que tienen hambre de esperanza. Hoy nos comprometemos contigo, a vivir
guiados por tu luz, a servir con alegría, y a construir juntos el Reino de Dios
en cada gesto, palabra y acción. Espíritu Santo, haz de nosotros y nosotras una
comunidad ardiente en fe, unida en amor, y firme en la misión que Jesús nos
confió. AMÉN
ACTO PENITENCIAL
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes
hermanos y hermanas, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y
omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa
María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos y
hermanas, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
El Señor Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. AMÉN.
LECTURAS DEL DIA
Isaías 35,1-6a.10
Dios viene en persona y os salvará
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el
páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y
alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos
verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos
débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón:
"Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene
en persona, resarcirá y os salvará." Se despegarán los ojos del ciego, los
oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo
cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos: en
cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se
alejarán. PALABRA DE DIOS
Salmo responsorial: 145
R/ Ven, Señor, a salvarnos.
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace
justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los
cautivos. R/
El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los
que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.
R/
Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino
de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R/
Santiago 5,7-10
Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El
labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la
lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes,
porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros,
para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos,
como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en
nombre del Señor. PALABRA DE DIOS
Mateo 11,2-11
¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las
obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: "¿Eres
tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" Jesús les respondió:
"Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los
inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos
resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se
escandalice de mí!" Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre
Juan: "¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por
el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten
con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un
profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo
envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os
aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque
el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él." PALABRA
DEL SEÑOR
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO
Todos los textos de este tercer Domingo de Adviento
llevan una única dirección: hablarnos de la alegría. Una alegría desbordante
que incluso adquiere proporciones cósmicas: “El desierto y el yermo se
regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de
narciso, se alegrará con gozo y alegría” (1ª lectura). ¿Cuál es el motivo de la
alegría?
La primera y la segunda lectura de hoy, del profeta
Isaías y del apóstol Santiago, coinciden en el mensaje: hay que esperar,
debemos esperar, merece la pena esperar, porque viene nuestro Dios, él mismo
viene en persona, y trae el desquite... Hay que tener paciencia, porque es
inminente su llegada, ya está a la puerta...
1.- Alegraos porque el Señor está cerca.
Es curioso descubrir cómo todos los acontecimientos que
tienen una relación con el Nacimiento de Jesús están llenos de alegría:
·
Alegría
rezuman las palabras del Ángel a María en la Anunciación. “Alégrate, María, la
llena de gracia”.
·
Alegría
las palabras de su prima Isabel cuando ésta sale al encuentro de María: ¿De
dónde a mí la dicha que venga a visitarme la Madre de mi Señor? “Feliz tú,
María, porque has creído”…
·
Alegría
del Niño Juan que, en el vientre de su madre, da un salto de júbilo…
·
Alegría
del ángel que anuncia al salvador en Belén: Os anuncio un gran gozo: os ha
nacido un Salvador.
·
Y
alegría del anciano Simeón que cuando tiene en sus brazos al Salvador dice que
ya no le tiene ningún miedo a la muerte. El Mesías que aquí aparece es un
Mesías que viene al mundo a traernos la alegría.
Hoy, a más de 20 siglos de distancia de los hechos, nos
preguntamos: ¿Se nota que el Mesías está con nosotros? ¿Vivimos los cristianos
una alegría especial? ¿Se nota que somos una raza distinta? ¿De verdad que
salta de gozo nuestro corazón por dentro, como saltó de gozo Juan en el seno de
madre? La alegría, la verdadera alegría capaz de convertir el páramo y la
estepa de nuestro corazón en “flor de narciso” es el Emmanuel, el Dios con
nosotros. Ni los filósofos ni los sabios; ni los políticos ni los técnicos son
capaces de traernos “salvación”, es decir, “solución” a nuestros problemas
vitales. Sólo Jesús es nuestro Salvador. Sólo Él es capaz de darnos una “paz
paradisíaca”. En Él podemos encontrar el paraíso perdido y esperar la caricia
de Dios que se acerca a pasear con nosotros “a la brisa de la tarde”.
2.- ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a
otro?
A la cárcel de Maqueronte donde está preso Juan Bautista,
le llegan noticias de Jesús que le dejan desconcertado. Jesús no habla de ira,
de venganza, de desquite por parte de Dios. En los labios de Jesús afloran
palabras de bondad, de dulzura, de cercanía, de perdón y de misericordia. A
Juan Bautista le viene una duda existencial: ¿Será o no será el Mesías? Es
verdad que ha escuchado de Jesús las palabras más elogiosas: “No ha nacido de
mujer uno más grande que Juan”, pero a continuación, añade: “aunque el más
pequeño en el reino de los cielos es mayor que él.” Juan es el último de los
profetas, siempre con resabios de una mentalidad que esperaba a un Mesías
“bueno para los buenos” pero “vengativo para los malos”. Con Jesús comienza “El
Reino de Dios”. En él se nos habla de un Dios, Padre maravilloso “que hace
salir el sol sobre buenos y malos y manda la lluvia sobre los justos y los
pecadores” (Mt. 5,45). Coincidiendo con lo mejor de los profetas, Jesús apela a
las obras.
Es curioso que Jesús, a la pregunta de Juan, no contesta
con palabras, sino que apela a los hechos concretos: Decidle lo que estáis
viendo: “Los ciegos ven, los sordos oyen, los inválidos andan, los leprosos
quedan limpios, los muertos resucitan y los pobres reciben buenas noticias”.
Jesús viene a desplegar en nosotros todas nuestras capacidades:
·
De ver
más allá de lo que ven los ojos materiales…
·
Y de oír
los lamentos de la gente que sufre…
·
Y de
sanar a los infectados de la tierra…
·
Y de
hacer caminar a pie a los que necesitan muletas…
·
Y de
resucitar lo que está muerto o a punto de morir…
·
Más
aún: los pobres reciben buenas noticias…
“Veo con claridad que lo
que la Iglesia necesita hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor,
cercanía y proximidad a los corazones.”
(Papa Francisco)
3.- Dichoso del que no se escandalice de mí:
Jesús con sus gestos y palabras era un provocador. La
gente religiosa de entonces no estaba acostumbrada a ese lenguaje ni a ese modo
de comportarse. Jesús es un escándalo. Pero “un bonito escándalo de amor”. Él
ha sido enviado para hacer la vida más digna y dichosa para todos hasta
alcanzar su plenitud en la gran fiesta final del Padre. Que nadie espere otro
Mesías. ¿A qué Mesías seguimos hoy los cristianos? ¿Qué ve la gente en nuestras
vidas? ¿Les convence lo que estamos haciendo?
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR
·
¿He
descubierto a Jesús como Alguien que me ayuda a crecer, a realizarme, a
disfrutar de la vida? ¿Brillan mis ojos como alguien que acaba de descubrir un
tesoro?
·
Como
cristiano ¿convenzo a la gente con mi vida? ¿O les mando a esperar a otro?
Jesús ha hecho todo muy bien. ¿Cuándo lo imitaremos nosotros?
·
De
escándalos de gente corrupta. !Ya estamos hartos! ¿Por qué no me apunto con
Jesús al escándalo del amor, al escándalo de las obras, al escándalo de
desvivirme por la gente pobre y necesitada?
PALABRA DEL PAPA FRANCISCO
“Es el momento de redescubrir la presencia de Dios y su
ternura de padre. Dios no ama la rigidez. Él es Padre, es tierno. Todo lo hace
con ternura de Padre. Seamos también nosotros como la multitud que interrogaba
a Juan: “¿Qué tenemos que hacer?”. La respuesta del Bautista no se hace
esperar. Él invita a actuar con justicia y a estar atentos a las necesidades de
quienes se encuentran en estado precario. Lo que Juan exige de sus
interlocutores, es cuanto se puede reflejar en la ley. A nosotros, en cambio, se nos pide un
compromiso más radical. Se nos pide ser instrumentos de misericordia,
conscientes de que seremos juzgados sobre esto. Quién ha sido bautizado sabe
que tiene un mayor compromiso. La fe en Cristo nos lleva a un camino que dura
toda la vida: el de ser misericordiosos como el Padre.” Cf Homilía de S.S.
Francisco, 13 de diciembre de 2015.
CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de los muertos y la vida eterna. AMÉN
OREMOS
AL SEÑOR JESÚS
Tú eres el que había de venir, el que sana, consuela y
levanta. Hoy queremos responder a tu presencia con alegría, con ojos que ven
más allá de lo visible, con oídos que escuchan el clamor de los que sufren, con
pies que caminan junto a los que necesitan apoyo, con corazones que laten al
ritmo de tu compasión. Haznos testigos de tu Reino que ya está entre nosotros: donde
los ciegos ven, los cojos caminan, los y las pobres reciben la Buena Noticia, y
la esperanza florece en medio del desierto. Contágianos, Señor, con tu ternura,
para que no nos escandalice tu humildad, sino que nos enamore tu modo de
servir. Que no esperemos señales espectaculares, sino que reconozcamos tu paso
en lo pequeño, en lo frágil, en lo cotidiano. Hoy nos comprometemos a ser tus
mensajeras: a llevar consuelo donde hay dolor, a sembrar alegría donde hay
tristeza, a anunciar con nuestra vida que Tú estás cerca, que Tú eres el Dios
que viene, y que tu venida transforma todo. AMÉN
PROPOSITO DE HOY
A partir de hoy participaré en la misa de los domingos
con un fervor especial, agradeciendo a Cristo el don de su amistad y pidiéndole
la gracia de serle un amigo o amiga auténtica. AMÉN
ORACIÓN
POR LA PAZ, DESARROLLO Y DIGNIDAD GLOBAL DE LOS PUEBLOS
Señor Jesús, Dios de la Vida: Hoy elevamos nuestra voz
como comunidad creyente, comprometidos con la paz que nace del respeto, el
desarrollo que brota de la justicia, y la dignidad que refleja tu imagen en
cada ser humano. Haznos artesanos de reconciliación, y constructores de puentes
entre culturas, lenguas y naciones. Que no nos cansemos de tender la mano, de
escuchar el clamor de los pobres, y de defender la dignidad de quienes han sido
olvidadas. Danos sabiduría para transformar estructuras injustas, valentía para
denunciar la violencia y la exclusión, y ternura para acompañar los procesos de
sanación y esperanza. Que nuestro compromiso sea concreto: en el trabajo, en la
comunidad, en la educación, en cada gesto cotidiano que siembra fraternidad.
Señor, inspíranos a soñar con un mundo donde todos tengan pan, tierra y voz,
donde el desarrollo no excluya, y donde la paz sea fruto de la justicia. Nos
consagramos hoy a esta misión, como discípulos del Reino, como hermanos y
hermanas de toda la humanidad, como sembradores de dignidad. AMÉN
ORACION
FINAL
Padre Celestial, Padre de la Misericordia:
Que por mediación de tu hijo Jesucristo nuestro Señor, la
intercesión de nuestra santa madre Virgen María, Reina de la paz, y la acción
del Espíritu Santo, concediste a San Oscar Romero la gracia de ser un pastor
ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los más
pobres y necesitados.
Has Señor que yo también sepa vivir conforme al Evangelio
de tu Hijo, y concédeme por la intercesión de San Oscar Romero el favor que te
pido... AMÉN.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
Sagrada Familia de Nazaret. Ruega por nosotros.
Y nos cubrimos con la sangre de Cristo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.
Que la paz del Señor reine siempre en nuestro hogar. AMÉN.
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