CALENDARIO
LITÚRGICO 2025 CICLO “A”.
SANTORAL:
San Adrián, Abad de Canterbury (710).
San Julián, mártir y su esposa Basilisa (304).
INVOCACIÓN INICIAL
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos Señor nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN
ACTO PENITENCIAL
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes
hermanos y hermanas, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y
omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa
María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos y
hermanas, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
El Señor Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. AMÉN.
LECTURAS DEL DIA
1 Juan 5,5-13
El Espíritu, el agua y la sangre
Queridos hermanos: ¿Quién es el que vence al mundo, sino
el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con
sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre; y el Espíritu
es quien da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los
testigos: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo. Si
aceptamos el testimonio humano, más fuerza tiene el testimonio de Dios. Éste es
el testimonio de Dios, un testimonio acerca de su Hijo. El que cree en el Hijo
de Dios tiene dentro el testimonio. Quien no cree a Dios le hace mentiroso,
porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste
es el testimonio: Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
Quien tiene al Hijo tiene la vida, quien no tiene al Hijo de Dios no tiene la
vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios,
para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna. PALABRA DE DIOS
Salmo responsorial: 147
R/ Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que
ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de
ti. R/
Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de
harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz. R/
Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a
Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. R/
Lucas 5,12-16
En seguida le dejó la lepra
Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un
hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó:
"Señor, si quieres puedes limpiarme." Y Jesús extendió la mano y lo
tocó diciendo: "Quiero, queda limpio." Y en seguida le dejó la lepra.
Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: "Ve a presentarte
al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les
conste." Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a
que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para
orar. PALABRA DEL SEÑOR
REFLEXIÓN DEL
EVANGELIO
Estamos en los últimos días del Tiempo de Navidad y, hoy
viernes, Lucas nos trae un relato de milagro, La curación de un leproso. Según
el Antiguo Testamento el leproso era impuro (Levítico 13,14.46; Números 5,2-3),
ya que la lepra se consideraba un “castigo de Dios” por los pecados cometidos.
Tan terrible era la situación de los leprosos que sólo podían ser curados por
una intervención de Dios (2 Reyes 5,7), por eso la desaparición total de la
lepra era una de las bendiciones esperadas para los tiempos mesiánicos (Isaías
35,8). La lepra, además de la enfermedad, conllevaba la exclusión y marginación
social. Los leprosos no eran puros ni santos, por eso se les aparataba del
“pueblo santo” y se les excluía del culto a Dios a en el Templo por ser el
lugar del Santo de los Santos, pero Jesús que es el Santo de Dios (Lucas 4,34)
rompe los límites de los puro e impuro y toca al enfermo y lo restablece en el
pueblo santo. Cuando Jesús cura al leproso demuestra con su poder que Él es el
Mesías, pero por, sobre todo, sana físicamente al enfermo y le devuelve su
dignidad social y religiosa; es la respuesta llena de misericordia del Maestro
de Nazaret, ante la hermosa confesión de fe del leproso, el cual sabe que Jesús
puede curarlo, por eso lo llama Señor y se postra “rostro en tierra” ante Él.
El leproso se confía totalmente a Jesús, ya que sabe que Él puede curarlo, pero
no sabe si quiere curarlo; así experimenta la misericordia de Dios en la
persona de Jesús, el cual nos viene a enseñar que su misión (y también la
nuestra) es incorporar a la comunidad a todos los que, por un motivo u otro,
han sido excluidos por los hombres.
PREGUNTAS
PARA REFLEXIONAR
·
¿He
marginado o excluido a alguien?
·
¿He
comprendido que Misericordia es el Nombre de nuestro Dios, como dijo el Papa
Francisco?
·
¿Se
parece mi fe a la fe del leproso?
PALABRA DEL PAPA FRANCISCO
“La lepra era una condena de por vida y sanar a un
leproso era tan difícil como resucitar a un muerto. Y por eso eran marginados.
Sin embargo, Jesús tiende la mano al excluido y demuestra el valor fundamental
de una palabra: cercanía. No se puede hacer comunidad sin cercanía. No se puede
hacer paz sin acercarse, ni se puede hacer el bien sin acercarse. Jesús podía
decirle: ¡sánate! Pero no, se acercó y le tocó. Es más, en el momento que Jesús
tocó al impuro se convierte en impuro.
Este es el misterio de Jesús, tomar consigo nuestras
suciedades, nuestras cosas impuras. Pablo lo explica bien: “Siendo igual a
Dios, no estimó esta divinidad un bien irrenunciable, se aniquiló a sí mismo.
Jesús se hace pecado. Jesús se excluye, ha tomado consigo la impureza por
acercarse a nosotros.” Muchas veces pienso que es, no digo imposible, pero muy
difícil hacer el bien sin mancharse las manos. Y Jesús se manchó. Cercanía. Y
después va más allá. Le dijo: “Ve donde los sacerdotes y haz lo que se debe
hacer cuando un leproso es sanado.” Al que era excluido de la vida social,
Jesús lo incluye: lo incluye en la Iglesia, lo incluye en la sociedad… “Ve para
que todas las cosas sean como deben ser.” Jesús no marginaba nunca a nadie. Se
marginaba a sí mismo, para incluir a los marginados, para incluirnos a
nosotros, pecadores, marginados, con su vida.” (Cf Homilía de S.S. Francisco,
26 de junio de 2015, en Santa Marta).
CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de los muertos y la vida eterna. AMÉN
OREMOS
AL SEÑOR JESÚS
Como el leproso que se postró ante Ti, quiero acercarme
con fe y confianza, dejando en tus manos
mis penas, mis problemas, mis miedos, mis tentaciones y mis pecados. Hoy me
comprometo a creer que tu misericordia es más grande que mis fragilidades, y
que tu amor me limpia y me renueva. Quiero vivir cada día recordando que
Misericordia es tu Nombre, y que en Ti encuentro perdón, paz y esperanza. Haz
que mi oración personal sea sincera y constante, que nunca olvide a las pobres,
a las marginadas, a las que sufren y esperan tu consuelo. Que mi vida sea
testimonio de tu compasión, y que, como Tú, pueda tender la mano para sanar,
acompañar y levantar a mis hermanos y hermanas. AMÉN
PROPOSITO DE HOY
A partir de hoy dejaré en las manos del Señor mis penas,
problemas, miedos, tentaciones y pecados. AMÉN
ORACIÓN
POR LA PAZ, DESARROLLO Y DIGNIDAD GLOBAL DE LOS PUEBLOS
Señor Jesús, Dios de la Vida: Hoy elevamos nuestra voz
como comunidad creyente, comprometidos con la paz que nace del respeto, el
desarrollo que brota de la justicia, y la dignidad que refleja tu imagen en
cada ser humano. Haznos artesanos de reconciliación, y constructores de puentes
entre culturas, lenguas y naciones. Que no nos cansemos de tender la mano, de
escuchar el clamor de los pobres, y de defender la dignidad de quienes han sido
olvidadas. Danos sabiduría para transformar estructuras injustas, valentía para
denunciar la violencia y la exclusión, y ternura para acompañar los procesos de
sanación y esperanza. Que nuestro compromiso sea concreto: en el trabajo, en la
comunidad, en la educación, en cada gesto cotidiano que siembra fraternidad.
Señor, inspíranos a soñar con un mundo donde todos tengan pan, tierra y voz,
donde el desarrollo no excluya, y donde la paz sea fruto de la justicia. Nos
consagramos hoy a esta misión, como discípulos del Reino, como hermanos y
hermanas de toda la humanidad, como sembradores de dignidad. AMÉN
ORACION
FINAL
Padre Celestial, Padre de la Misericordia:
Que por mediación de tu hijo Jesucristo nuestro Señor, la
intercesión de nuestra santa madre Virgen María, Reina de la paz, y la acción
del Espíritu Santo, concediste a San Oscar Romero la gracia de ser un pastor
ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los más
pobres y necesitados.
Has Señor que yo también sepa vivir conforme al Evangelio
de tu Hijo, y concédeme por la intercesión de San Oscar Romero el favor que te
pido... AMÉN.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
Sagrada Familia de Nazaret. Ruega por nosotros.
Y nos cubrimos con la sangre de Cristo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.
Que la paz del Señor reine siempre en nuestro hogar. AMÉN.
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Si ya no desea recibir las LECTURAS DEL DIA, envíe un correo a betio.gonzalez@gmail.com con la palabra SUSPENDER en la sección de tema (subject).


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