CALENDARIO LITÚRGICO 2025 CICLO “A”.
SANTORAL:
INVOCACIÓN INICIAL
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos Señor nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN
ACTO PENITENCIAL
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes
hermanos y hermanas, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y
omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa
María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos y
hermanas, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
El Señor Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. AMÉN.
LECTURAS DEL DIA
Hechos de los Apóstoles 6,8-10;7,54-60
Veo el cielo abierto
En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder,
realizaba grandes prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos, de la
sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y
Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la
sabiduría y al espíritu con que hablaba. Oyendo estas palabras, se recomían por
dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo,
fijó la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la
derecha de Dios, y dijo: "Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie
a la derecha de Dios." Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y,
como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y
se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un
joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta
invocación: "Señor Jesús, recibe mi espíritu." Luego, cayendo de
rodillas, lanzó un grito: "Señor, no les tengas en cuenta este
pecado." Y, con estas palabras, expiró. PALABRA DE DIOS
Salmo responsorial: 30
R/A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú
que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. R/
A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me
librarás. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. Te has fijado en mi
aflicción. R/
Líbrame de los enemigos que me persiguen; haz brillar tu
rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. R/
Mateo 10,17-22
No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de
vuestro Padre
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "No os fieis
de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las
sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así
daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os arresten, no os
preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os
sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el
Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus
hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos
contra sus padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que
persevere hasta el final se salvará." PALABRA DEL SEÑOR
REFLEXIÓN DEL
EVANGELIO
Cuando se opta por Cristo, se opta también por las
consecuencias, y una de ellas es la incomprensión del mundo ante el mensaje.
Hoy, aunque nos parezca algo contrastante con la celebración de navidad,
conmemoramos al seguidor de Jesús, Esteban, el primero en subir al cielo por el
martirio. Esteban, apedreado hasta la muerte, tuvo el valor de creer en la
promesa expresada en la sencillez del pesebre. Así, en el evangelio de hoy,
Jesús advierte a sus discípulos diciendo que la fidelidad al evangelio conlleva
dificultades y persecución. El Señor sabía que las persecuciones llegarían y
nos asegura que, en ese momento, no estaremos solos: el Espíritu Santo soplará
y se manifestará para que podamos pronunciar esas palabras que muchos no
quieren escuchar. ¡Dejemos al Espíritu hablar en nosotros! Es el modo de
dilatar y hacer más profunda la alegría de la Navidad que en estos días
celebramos. El testimonio de Esteban manifiesta lo que significa seguir a
Cristo, puesto que la causa de la Buena Noticia no es una causa perdida, aunque
a veces lo parezca; no es un proyecto humano, sino de Dios.
PREGUNTAS
PARA REFLEXIONAR
·
La
sencillez del pesebre y la dureza del martirio van a la par en la vida de
Santos y Santas y en la vida de tantas personas que hoy son perseguidas hasta
la muerte por causa de su fidelidad al Evangelio. ¿Qué me dicen los testimonios acerca del martirio por la fe?
PALABRA DEL PAPA FRANCISCO
“Hoy la liturgia recuerda el testimonio de san Esteban.
Elegido por los Apóstoles, junto con otros seis, para la diaconía de la caridad
-es decir, para asistir a los pobres, los huérfanos, las viudas- en la
comunidad de Jerusalén, se convirtió en el primer mártir de la Iglesia. Con su
martirio, Esteban honra la venida al mundo del Rey de reyes, da testimonio de
Él, ofreciéndole el don de su propia vida al servicio de los más necesitados. Y
así nos muestra cómo vivir plenamente el misterio de la Navidad. […]Seguir el
Evangelio es ciertamente un camino exigente -pero bello, ¡bellísimo!- y el que
lo recorre con fidelidad y valentía recibe el don prometido por el Señor a los
hombres y a las mujeres de buena voluntad. Como cantaban los ángeles el día de
Navidad: ¡paz, paz! Esta paz donada por Dios es capaz de serenar la conciencia
de todos los que, a través de las pruebas de la vida, saben acoger la Palabra
de Dios y se comprometen en observarla con perseverancia hasta el final.”
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de diciembre de 2014).
CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de los muertos y la vida eterna. AMÉN
OREMOS
AL SEÑOR JESÚS
Que naciste en la humildad del pesebre y entregaste tu
vida en la Cruz, hazme comprender que la sencillez y el martirio van unidos en
la fidelidad al Evangelio. Como Esteban, tu primer mártir, quiero vivir lleno
de tu Espíritu, con rostro sereno y corazón firme, para dar testimonio de tu
amor, aunque me cueste incomprensión o rechazo. Hoy me comprometo a ser fiel, a
compartir tu luz en medio de la oscuridad, y a sostener con mi oración y
solidaridad a tantos hermanos y hermanas que son perseguidas por tu Nombre, algunos
y algunas hasta la muerte. Haz de mi vida un pesebre humilde y una ofrenda
valiente, para que tu gloria resplandezca en la historia de tu pueblo. AMÉN
PROPOSITO DE HOY
A partir de hoy, si en este día tengo alguna dificultad,
miraré hacia donde está Jesús y recibiré su fuerza. AMÉN
ORACIÓN
POR LA PAZ, DESARROLLO Y DIGNIDAD GLOBAL DE LOS PUEBLOS
Señor Jesús, Dios de la Vida: Hoy elevamos nuestra voz
como comunidad creyente, comprometidos con la paz que nace del respeto, el
desarrollo que brota de la justicia, y la dignidad que refleja tu imagen en
cada ser humano. Haznos artesanos de reconciliación, y constructores de puentes
entre culturas, lenguas y naciones. Que no nos cansemos de tender la mano, de
escuchar el clamor de los pobres, y de defender la dignidad de quienes han sido
olvidadas. Danos sabiduría para transformar estructuras injustas, valentía para
denunciar la violencia y la exclusión, y ternura para acompañar los procesos de
sanación y esperanza. Que nuestro compromiso sea concreto: en el trabajo, en la
comunidad, en la educación, en cada gesto cotidiano que siembra fraternidad.
Señor, inspíranos a soñar con un mundo donde todos tengan pan, tierra y voz,
donde el desarrollo no excluya, y donde la paz sea fruto de la justicia. Nos
consagramos hoy a esta misión, como discípulos del Reino, como hermanos y
hermanas de toda la humanidad, como sembradores de dignidad. AMÉN
ORACION
FINAL
Padre Celestial, Padre de la Misericordia:
Que por mediación de tu hijo Jesucristo nuestro Señor, la
intercesión de nuestra santa madre Virgen María, Reina de la paz, y la acción
del Espíritu Santo, concediste a San Oscar Romero la gracia de ser un pastor
ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los más
pobres y necesitados.
Has Señor que yo también sepa vivir conforme al Evangelio
de tu Hijo, y concédeme por la intercesión de San Oscar Romero el favor que te
pido... AMÉN.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
Sagrada Familia de Nazaret. Ruega por nosotros.
Y nos cubrimos con la sangre de Cristo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.
Que la paz del Señor reine siempre en nuestro hogar. AMÉN.
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