CALENDARIO
LITÚRGICO 2025 CICLO “A”.
SANTORAL:
Fiesta de la Presentación del Señor.
Fiesta de la Purificación de María Santísima.
La Virgen de la Candelaria (1392).
MARTIROLOGIO
Y EFEMÉRIDES LATINOAMERICANOS:
José Tedeschi, sacerdote y
obrero, mártir de los inmigrantes y «villeros» en Argentina (1976). Expedito
Ribeiro de Souza, presidente del Sindicato de Trabajadores Rurales, mártir en
Rio Maria, Pará, Brasil (1991).
INVOCACIÓN INICIAL
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos,
líbranos Señor nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN
ACTO PENITENCIAL
Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes
hermanos y hermanas, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y
omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa
María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos y
hermanas, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.
El Señor Todopoderoso, tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. AMÉN.
LECTURAS DEL DIA
Malaquías 3,1-4
Entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis
Así dice el Señor: "Mirad, yo envío a mi mensajero,
para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor
a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis.
Miradlo entrar -dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día
de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de
fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la
plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al
Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá
y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos." PALABRA
DE DIOS
Salmo responsorial: 23
R/ El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la
gloria.
¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas
compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. R/
-¿Quién es ese Rey de la gloria? -El Señor, héroe
valeroso; el Señor, héroe de la guerra. R/
¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas
compuertas: va a entrar el Rey de la gloria. R/
-¿Quién es ese Rey de la gloria? -El Señor, Dios de los
ejércitos. Él es el Rey de la gloria. R/
Hebreos 2,14-18
Tenía que parecerse en todo a sus hermanos
Los hijos de una familia son todos de la misma carne y
sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo,
aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a
todos los que por miedo a la muerte pasaba la vida entera como esclavos. Notad
que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que
parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en
lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha
pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella. PALABRA
DE DIOS
Lucas 2,22-40
Mis ojos han visto a tu Salvador
Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley
de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al
Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito
varón será consagrado al Señor", y para entregar la oblación, como dice la
ley del Señor: "un par de tórtolas o dos pichones." Vivía entonces en
Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el
consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo
del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado
por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres
para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo
a Dios diciendo: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo
irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado
ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo
Israel." Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del
niño. Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: "Mira, éste está
puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera
discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada
te traspasará el alma." Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel,
de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete
años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del
templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en
aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que
aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que
prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El
niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de
Dios lo acompañaba. PALABRA DEL SEÑOR
REFLEXIÓN DEL
EVANGELIO
“Una espada te atravesará el alma.” María vivió siempre
con una espada atravesada, no en el cuerpo sino en el alma. Cuando duele el
cuerpo el dolor está localizado, pero cuando duele el alma “duele todo.” María vivió siempre con la espada cruel del
presentimiento. En cada momento del día o de la noche ella creía que a su Hijo
le iba a pasar algo. Y es el presentimiento de todas las madres. No sólo sufren
por lo que realmente les pasa a los hijos sino por lo que les puede pasar. A
vosotras madres, ¡qué bien os entiende la Virgen!
María y José eran pobres y no tuvieron dinero para
comprar un cordero. ¡No importa! Ellos saben muy bien que llevan al Templo “al
verdadero Cordero de Dios.” Y es la ofrenda que más agrada a Dios. María y José
se admiran de la fe de aquellos ancianitos: Simeón y Ana. Su niño ha pasado por
las manos de aquellos sacerdotes del Templo a la hora de circuncidarlo, y le
tocaron como a un niño más. Cumplieron su oficio. Pero Simeón lo tocó con fe.
Se emocionó y rompió a llorar. Desde ese momento, ya no le importaba morir.
Podemos tocar a Dios todos los días en la comunión sin que pase nada en
nosotros. Lo hemos tocado con rutina. Pero
si un día lo tocamos con fe, puede cambiar totalmente nuestra vida. Dijo el
Papa Francisco: “La fe consiste tanto en mirar a Jesús como en mirar con los
ojos de Jesús.” Si todos los consagrados del mundo tocáramos a Jesús con fe
miraríamos el mundo “a su manera.” Y el mundo cambiaría.
PREGUNTAS
PARA REFLEXIONAR
·
¿Qué me
dice la figura de Simeón (la espera, la promesa cumplida) y de Ana (el
servicio, la profecía)?
·
¿Cómo
se unen el Antiguo Testamento (la Ley, el Mesías esperado) y el Nuevo (Jesús,
la Luz) en este encuentro?
PALABRA DEL PAPA FRANCISCO
“Solo Dios es el Señor de la historia individual y
familiar; todo nos viene por Él. Cada familia está llamada a reconocer tal
primado, custodiando y educando a los hijos para abrirse a Dios que es la
fuente de la misma vida. Pasa por aquí el secreto de la juventud interior,
testimoniado paradójicamente en el Evangelio por una pareja de ancianos, Simeón
y Ana. El viejo Simeón, en particular, inspirado por el Espíritu Santo dice a
propósito del niño Jesús: “Éste está puesto para caída y elevación de muchos en
Israel y para dar señal de contradicción […] a fin de que queden al descubierto
las intenciones de muchos corazones.” Estas palabras proféticas revelan que
Jesús ha venido para hacer caer las falsas imágenes que nos hacemos de Dios y
también de nosotros mismos; para “rebatir” las seguridades mundanas sobre las
que pretendemos apoyarnos; para hacernos “resurgir” hacia un camino humano y
cristiano verdadero, sobre los valores del Evangelio.” (Ángelus de S.S.
Francisco, 31 de diciembre de 2017).
CREDO DE LOS APOSTOLES
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del
cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos.
Al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los
cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí ha
de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa
Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de los muertos y la vida eterna. AMÉN
OREMOS
AL SEÑOR
Tú que condujiste a María y a José al templo para
presentar a Jesús, tu Hijo amado, hoy queremos presentarte también nuestra
vida, nuestros deseos, nuestras búsquedas y nuestras sombras. Concédenos,
Señor, ver a Jesús como la Luz y la Salvación que ilumina cada paso, que disipa
nuestros miedos, que abre caminos donde parecía no haberlos. Danos ojos atentos,
como los de Simeón, capaces de reconocer tu presencia en los hermanos y
hermanas que encontramos cada día: en quienes sufren, en quienes esperan, en
quienes necesitan una palabra de consuelo o un gesto de cercanía. Que no
pasemos de largo ante tu rostro escondido en los pequeños y en los pobres. Y
regálanos, Señor, manos dispuestas: manos que sirvan con alegría, que acompañen
con ternura, que compartan con generosidad, que construyan justicia y paz en
todos los ámbitos de nuestra vida, en cada espacio donde nos envías como
discípulos tuyos. Y que, como Ana, sepamos anunciar tu fidelidad; que, como
Simeón, sepamos bendecirte sin cansarnos; y que, como María y José, vivamos
cada día en obediencia confiada a tu voluntad. AMÉN
PROPOSITO DE HOY
A partir de hoy, después de tocar a Jesús en la santa
Eucaristía, tocaré con fe la carne de Jesús en mis hermanos que sufren. AMÉN
ORACIÓN
POR LA PAZ, DESARROLLO Y DIGNIDAD GLOBAL DE LOS PUEBLOS
Señor Jesús, Dios de la Vida: Hoy elevamos nuestra voz
como comunidad creyente, comprometidos con la paz que nace del respeto, el
desarrollo que brota de la justicia, y la dignidad que refleja tu imagen en
cada ser humano. Haznos artesanos de reconciliación, y constructores de puentes
entre culturas, lenguas y naciones. Que no nos cansemos de tender la mano, de
escuchar el clamor de los pobres, y de defender la dignidad de quienes han sido
olvidadas. Danos sabiduría para transformar estructuras injustas, valentía para
denunciar la violencia y la exclusión, y ternura para acompañar los procesos de
sanación y esperanza. Que nuestro compromiso sea concreto: en el trabajo, en la
comunidad, en la educación, en cada gesto cotidiano que siembra fraternidad.
Señor, inspíranos a soñar con un mundo donde todos tengan pan, tierra y voz,
donde el desarrollo no excluya, y donde la paz sea fruto de la justicia. Nos
consagramos hoy a esta misión, como discípulos del Reino, como hermanos y
hermanas de toda la humanidad, como sembradores de dignidad. AMÉN
ORACION
FINAL
Padre Celestial, Padre de la Misericordia:
Que por mediación de tu hijo Jesucristo nuestro Señor, la
intercesión de nuestra santa madre Virgen María, Reina de la paz, y la acción
del Espíritu Santo, concediste a San Oscar Romero la gracia de ser un pastor
ejemplar al servicio de la Iglesia; y en ella preferencialmente a los más
pobres y necesitados.
Has Señor que yo también sepa vivir conforme al Evangelio
de tu Hijo, y concédeme por la intercesión de San Oscar Romero el favor que te
pido... AMÉN.
PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.
Sagrada Familia de Nazaret. Ruega por nosotros.
Y nos cubrimos con la sangre de Cristo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.
Que la paz del Señor reine siempre en nuestro hogar. AMÉN.
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